lunes, 18 de agosto de 2008

FE,ESPERANZA Y CARIDAD

Autor: Montserrat Bellido Durán
Publicado por: CatholicosOnLine.com

Aunque tengas el alma magullada por las tristezas y las preocupaciones, aunque tu cuerpo pierda la salud y caiga en la enfermedad; Ten siempre la vista fija en el horizonte. No pierdas nunca la fe, ni la esperanza, ni faltes a la caridad. Reza, reza, reza y pon voluntad. Por Dios.

Cree en Dios, reza, espera en Él, confía en Él, porque muchas veces las personas te dañarán e irán a la suya, como tú muchas veces errarás, porque errar es humano. Estás equivocado si vives pensando en los demás, vive pensando en Dios, y por Él haz el bien, ama y vive la caridad, sirve a los demás. Por Dios.

Es Dios quien te da la vida y te ama de verdad. Nadie llegará nunca amarte como sí te ama Dios.

Llórale a Dios tus tristezas, Él te consolará.

Ríele tus alegrías, Él las compartirá contigo.

Dale tu pequeñez, Él te hará grande.

Pídele perdón, por tus fallos, tus errores, tus pecados, Él te perdonará.

Pídele las gracias y dones necesarios para ser santo, Él te lo dará.

Es tan fría y cruel la vida sin Dios, nada tiene sentido, todo se te viene abajo. Es Dios lo que te hace mirar a lo alto y seguir por aquello que es invisible a nuestros ojos que sólo ven lo material.

La fe nos lleva a creer en Dios, a creer que si nos abandonamos en su amor, todo tendrá solución y sentido. Por Dios.

La esperanza nos ayuda a perseverar en la fe, nos ayuda a creer pase lo que pase, mirando siempre adelante. Por Dios.

La caridad, es el amor que puede mover montañas, es la misericordia que hay que tener entre nosotros, entre las personas, por la misericordia que Dios nos tiene. Por Dios.

Saca a Dios de tu vida y estarás perdido, porque el mundo te llevará hacia esos ideales que sólo son ideas sin vida. El demonio querrá apartarte de Dios siempre y ¿Cómo empezará? Despacio, muy despacio, primero te apartará de Dios para luego poder apartarte de las personas y… si lo que nos une a los demás es el amor de Dios y este amor crece con la oración, el demonio te irá apartando de la oración, del contacto personal entre tú y Dios, de la unión de tu alma con Dios.

La oración es más que repetir el Padre Nuestro o la Ave María, es rezar el Padre Nuestro y el Ave María, entrando en el alma de Dios, amándolo cuando lo rezamos. Rezar es DARSE a Dios, cuando nos demos de verdad a Dios, estaremos haciendo una perfecta oración y le estaremos amando, porque cuando se ama se da. Y cuando se da uno mismo, está amando sin medida, está amando de verdad. Está tan metido en Dios que el demonio no podrá apartarlo.

A veces puede parecernos que estamos muy unidos a Dios, pero si no sabemos rezar de verdad, el estar tú a Tú con Dios, el demonio lo tendrá fácil para hacernos la “guitza” y a partir de allí, poco a poco podemos ir perdiendo la fe, la esperanza y la caridad.

Cuando aprendamos a vivir sólo por Dios, nuestra vida estará encarrilada en TODO lo que hagamos y Dios Mismo nos guiará a través de su gracia.

Entonces seremos felices, felices por Dios.


Montserrat Bellido Durán

Escritora