lunes, 11 de agosto de 2008

A Él le crucificaron ¿Y a mí qué?

Autor: Montserrat Bellido Durán
Publicado por: CatholicosOnLine.com

Era tanto el amor que Jesús sentía por los hombres que murió en la cruz…

Pasó vergüenza, insultos y dolor hasta morir por redimirnos de nuestros pecados…

Tanto nos amó y nos ama y ¿Cómo le respondimos y respondemos nosotros?

Jesús, Dios Mismo; nos ama aunque nadie le amara ¿Cómo se entiende esto? Esto es el amor verdadero.

Aún hoy no le amamos como deberíamos; pensando en las cosas de este mundo nos despistamos y apartamos. No ignoremos la única VERDAD, que es que Dios lo es TODO. Sólo cuando la hagamos nuestra vida, viviremos esta veracidad en un mundo en el que nos guiará el amor de Dios por los caminos de la prueba.

No busques la felicidad en el sitio equivocado. La clave es DIOS, Él es la llave y la puerta. Entrégate todo tú a Él… y vivirás. Porque Dios es la vida. Todo lo demás acaba y desaparece o parece que existe y no existe, es pura ficción y falsedad por parte de los hombres. Dios en cambio siempre es el mismo amor, el mismo Padre que nos ama con locura.

Abandónate en Dios y confía.

Los hombres podrán dañarte y engañarte (sólo en la medida que Dios permita), pero Dios te ama SIEMPRE.

Si debemos ser como otro Cristo en la tierra y a Él le crucificaron ¿Qué me harán a mí?

Si a Cristo que era todo perfecto y bueno, que era todo amor desbordado; le dejaron solo y lo mataron; no te extrañe que tengas que llorar a causa de los que te rodean.

La Virgen estuvo siempre al lado de Jesús, acompañándolo en su sufrimiento hasta en el calvario. Ella te acompaña siempre, pídele que seque tus lágrimas y agradece a Dios este dolor, ya que por este mismo dolor, si lo ofreces a Dios, obtendrás un bien. Y lo que ahora te daña será causa de alegría otro día, o para ti o para otra persona.



Montserrat Bellido Durán

Escritora